
Hugo Obermaier, el abate Breuil y Alcalde del Rio
De una visita realizada en Semana Santa a la cueva prehistórica de La Loja, cercana a Panes, en el oriente de Asturias… el nivel y la mira.
Situada en EL MAZO, a dos kms del pueblo de Panes en dirección a Unquera, es una de las cuevas clásicas del arte rupestre asturiano. No es muy grande –la visita puede durar en torno a 15 minutos- y fácilmente accesible. Fue descubierta en 1908 por Hermilio Alcalde del Río, Henri Breuil y Louis Mengaud, lo más probable por noticias de la gente de la zona que ya tenía conocimiento de ella. Tres años después la incluyeron en la publicación Les Cavernes de la Región Cantabrique lo que la situó en el mapa internacional. A finales de los años veinte del siglo pasado se realizaron diversas excavaciones que no arrojaron demasiados resultados. Tampoco las realizadas por Gómez Tabanera en 1977.

Calco de los dibujos realizado por el abate Breuil de La Torada
Sin embargo La Loja es importante por el arte rupestre que contiene: un signo de color rojo, compuesto por tres bandas transversales, una vulva y la cabeza de una cierva [¿?] muy desdibujada, aprovechando el saliente de una roca, todos ellos localizados en el vestíbulo; el panel principal de grabados, conocido como La Torada de La Loja formado por seis animales (un caballo y cinco bóvidos) y un signo en forma de aspa. Si conseguimos observar el panel, no de frente, sino desde unos metros a su derecha, la propia conformación rocosa hace aparentar que los animales se encuentran en marcha, como saliendo de una zona tapada por la roca. De ahí que el último animal dibujado parezca salir de esta zona, por lo que sólo se representaron sus cuartos delanteros. En la galería que va del vestíbulo a La Torada hay también, desgraciadamente, algún grafiti de época reciente y otras representaciones, borrosas y de épocas posteriores.

Vista del panel central – superficie de dióxido de manganeso – fotografia de Jaime Santullano
La visita a la gruta original añade un plus de interés a este lugar. También la singular técnica empleada en su realización, aprovechando una concreción natural de la roca de dióxido de manganeso casi negro, sobre el cual se hicieron los grabados como si fuese una pizarra. La ejecución de las figuras es exquisita. Aún se discute si la capa es natural o fue aplicada por el hombre para realizar el panel. Otro, no menos importante, son las buenas explicaciones que el guía-guarda ofrece a los visitantes, en grupos reducidos de 7 personas. Se agradece su entusiasmo y el modo que tiene de “interpretar y trasmitirnos” lo que vamos a ver. Antes de entrar a la gruta, podemos tocar instrumentos líticos de cuarcita originales realizados por neandertales que no proceden de la propia cueva pero si de yacimientos de alrededor. Y al final de la visita captaremos la magia y misterio del lugar permaneciendo, en la parte más escondida, un minuto completamente a oscuras y en silencio. Podemos hacernos una idea de las dificultades que los autores de los grabados debían afrontar en su tarea, aunque el tamaño de la cavidad sea manejable y la circulación interior sencilla.
Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1981. En el año 2002, por iniciativa de la Asociación de Amigos de La Loja, se puso en marcha al lado de la entrada, una pequeña Aula de Interpretación del lugar y del arte rupestre en general. Es imprescindible reserva previa para visitar la cueva y el aula. Debe concertarse a través de la página web del Ayuntamiento de Peñamellera Baja. Podemos encontrar mucha información en un sitio web dedicado al Arte Paleolítico en Asturias y en la de la ADRIOA (Asociación para el desarrollo Rural e Integral del Oriente de Asturias, con muchos datos acerca de las actividades realizadas en la zona desde hace tiempo bajo el paraguas de la UE). En la página de ADRIOA contamos con cuatro visitas virtuales, a La Loja y otras tres cercanas: LLonin, El Buxu y El Pindal. Merece la pena verlas antes de realizar la visita.