Foto: La Motilla del Azuer. Pozo Central. Fuente: VEH.

De una visita realizada a la Motilla del Azuer (Daimiel, Ciudad Real) en febrero de 2023.

Algunas conocidas desde el siglo XIX (la Motilla de Torralba definida como túmulo funerario de origen prehistórico pero reutilizada como tumba en época romana), ya desde la década de los años 40 del siglo pasado se fueron detectando una serie de asentamientos (poblados en altura o en llano) en las provincias de Albacete y Ciudad Real que dieron lugar a las primeras investigaciones sobre el tema, y que se unieron a los ya mencionados túmulos que iban localizándose en todo el territorio manchego.

En el siglo pasado, las investigaciones comenzadas en las décadas de los años 60 y 70 dieron sus frutos, y desde los años 80 a castillejos y poblados, morras y motillas se unieron, fruto de la investigación arqueológica, cuevas y abrigos con restos de pinturas rupestres y yacimientos asociados, hoyos y campos de silos, que en conjunto integran lo que también por consenso de los estudiosos se denomina Bronce Manchego. Y con el avance de la investigación ha ido ampliándose el terreno sobre el que se extiende este “complejo cultural” hasta llegar a incluir algún sitio arqueológico de la Comunidad de Madrid, si bien el núcleo de central de hallazgos y yacimientos correspondería a la gran llanura que conforma la Submeseta Sur incluyendo los Montes de Toledo y la Sierra de San Vicente. Es muy posible que las gente que vivieron en esta zona durante casi más de un milenio tuviesen como origen un fuerte sustrato calcolítico, dentro de las primeras culturas que comienzan a utilizar los metales en la Península, como El Argar, el Bronce Valenciano o del Suroeste. Este Bronce Manchego ha ido poco a poco distinguiéndose con personalidad propia de aquellas, de las que la de El Argar es la mejor estudiada. A pesar de reunir en su desarrollo muchos elementos característicos de estas otras culturas, limítrofes y periféricas.

Foto: El Cerro de la Encantada domina la llanura circundante. Posiblemente el poblado en altura cumplió tareas defensivas en algún momento de su ocupación. Al final parte fue reutilizado como monumento funerario. Fuente: ciudadreal.es.

El estudio sobre el terreno y la excavación de dos de sus yacimientos más significativos, La Motilla del Azuer y El Cerro de La Encantada ha ido complicando mas la interpretación sobre el origen y funcionalidad de los distintos tipos de ocupación mencionados más arriba. No obstante existe un cierto consenso en considerar que su ubicación y funciones obedecen a una planificada actividad de aprovechamiento del medio, ya fuese para explotación agrícola, del agua o meramente defensivos. Pero hay muchas cuestiones que aún no están claras. En el caso de Las Motillas casi todas se encuentran sobre recursos acuíferos de relativa fácil explotación –con la técnica del momento- pero no todas las localizadas tienen constatado el modo de explotación de la del Azuer –con torre y pozo central-. E incluso alguna se encuentra sobre zonas lacustres (El Acequión). Si en un principio se pensó que podían suponer construcciones de tipo defensivo en torno al agua o de vigilancia del territorio circundante, hoy se empieza a imponer la teoría de que eran lugares de explotación del medio sobre todo recursos hídricos con actividades posiblemente de barbecho corto de cereales con cierto regadío asociado e incluso de acumulación de los productos obtenidos, estabulación de ganado y producción cerámica en cantidades significativas. Se sabe además que en torno al 2do milenio a.c. se produce un período de sequía más o menos extremo en la zona que pudo llevar a la explotación intensiva del agua de este modo.

Foto: Cuando el acuífero sobre el que se asienta alcanza su máximo nivel, la Motilla se inunda y el pozo central rebosa de agua. Pero la explotación posiblemente se asoció a períodos de sequía extrema, claramente documentados en esa época. Fuente: página web del yacimiento.

Esto no explicaría, no obstante, cual era la actividad a la que se dedicaron o la situación en relación al resto de asentamientos inventariados. Señalar que es significativa la ausencia de su asociación a explotaciones metalúrgicas, a pesar de haber yacimientos de mineral en las cercanas Sierra Morena o Montes Ibéricos. Tampoco se puede afirmar por ahora que existiese una jerarquización entre sitios –pues la investigación hasta el momento no arroja pruebas concluyentes- o de enterramientos organizados en necrópolis. Los pocos restos de este tipo encontrados –alguno de ellos dentro de la Motilla del Azuer- no permiten hablar sino de reutilizaciones posiblemente tardías o cambio de funcionalidad del lugar dentro del propio desarrollo cronológico de la cultura. Cuestión claramente constatable en el Cerro de la Encantada, que no tiene nada que ver ni en tipología ni función con la Motilla de la que hablamos. Y ambos casos plantean problemas de interpretación importantes.

En la actualidad existen alrededor de 30 Motillas inventariadas – pocas excavadas en su totalidad-, la mayor parte de ellas (unas 28) en la provincia de Ciudad Real, concentradas en el entorno de las Tablas de Daimiel, sobre los acuíferos 23 y 24. Y poco a poco el inventario se ha ido afinando, descatalogando alguna por su tipología -por ejemplo La Peñuela en Chinchilla de Monte-Aragón, en Albacete, considerada hoy día como un poblado en altura-….reubicando otras en su término municipal correcto (la de la Membrilleja se encuentra en Argamasilla de Alba y no en Tomelloso donde siguen incluyéndola algunos autores) o unificándolas (la de Carrión y el Quintillo son la misma). O para constatar el triste final de algunas como la citada Membrilleja, que formo parte del  programa televisivo de los años 60 del siglo pasado Misión Rescate para luego ser desmantelada con el fin de mejorar el campo de laboreo donde se encontraba. El mismo destino que sufrieron la de Barrios o la Jacidra, arrasadas con el mismo propósito en los años 90, o la de La Máquina en el 2002, con la Ley de Patrimonio Histórico del Estado español ya en funcionamiento. Mas los innumerables destrozos que la actividad de aficionados y furtivos han llevado a cabo en cada una de ellas donde los restos eran más visibles.

Foto: En la reconstrucción de los paramentos podemos hacernos una idea de lo elaborado de la construcción a base de sillar. Fuente: VEH.

¿Por qué visitar la Motilla del Azuer?

La Motilla del Azuer es a fecha de hoy es la única excavada de continuo, en profundidad y extensión, y la única visitable musealizada. Junto con el Cerro de La Encantada –cuya visita es complicada-,  es la que más datos ha aportado a la investigación sobre el Bronce Manchego hasta el momento.

Destaca de implicación en la Gestión del Patrimonio arqueológico de toda una comarca con el ayuntamiento de Daimiel a la cabeza. De esta manera la visita comienza en el Museo de Daimiel y acaba en el yacimiento, contextualizando los restos y dando al visitante información valiosa sobre lo que va a ver.

La restauración llevada a cabo respetuosa con los restos encontrados hace del lugar un yacimiento espectacular. Es difícil imaginar, a medida que nos vamos acercando en el bus lanzadera, lo que nos vamos a encontrar en la inmensa llanura manchega.

En el Museo del Agua de Daimiel existe una reconstrucción en 3D de la Motilla, pero a fecha de la entrada en el blog no está disponible para el público que lo visita.

Es numerosa la información y bibliografía que podemos encontrar en internet sobre la cultura del Bronce de La Mancha y sobre la Motilla del Azuer en concreto. Sin embargo yo destacaría un artículo relativamente reciente aparecido en las XI Jornadas de Historia Local “Biblioteca Oretana” II de Ciudad Real y firmado por José Sánchez Meseguer y Catalina Galán Saulnier donde los autores hacen una revisión crítica de todo lo acaecido en torno al Bronce Manchego hasta ese momento.

Hace poco llegaron noticias de que en El Acequión se está volviendo a retomar el viejo proyecto de excavación y puesta en valor de tan importante yacimiento, en la línea de lo que se ha realizado en la Motilla del Azuer…. el nivel y la mira.